sábado, 22 de enero de 2011

Todo se acentúa

Tenia ganas de volver a escribir
cuentos y textos! y aqui andamos! wiiii

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Todo se acentúa, se acentúan los años, los ayeres, los recuerdos, los miedos y las victorias.
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Todo en un determinado momento goza de una importancia brutal.
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Así gozaba yo de importancia
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Así le di yo de importancia a los demás, pero vamos, a quien le importa eso ahora. Una vez que una se encuentra ocupada en otros problemas, dejas de tener importancia para los demás. Una vez que el amor de tu vida ya tiene otro amor de la vida pues tu simplemente pasas a un segundo o tercer plano. En el momento preciso en que tu madre se vuelve a embarazar tú pasaste a un segundo plano. Siempre se pierde la importancia.
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Y es allí cuando las penas se acentúan.
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Pero que tal cuando la que deja de dar importancia eres tú?, eso suena inteligente, apartar lo demás de tu camino y restarle importancia. Si tan solo fuera así de fácil.
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Me educaron como una persona que vive libre, que no mantuvo relaciones profundas, donde ni mi madre ni mi padre me dieron suficiente, ¿como le llaman?, a si! “amor”, donde no se me educo rodeada de cariño y detalles. Y si, en su momento fue mucho más doloroso que ahora, llorar encerrada en los baños, correr al patio de atrás de la casa a suplicarle a Dios por un consuelo no era lo mejor que le puede pasar a una niña de menos de 10 años ¿verdad?.
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Y no es hasta ahora, a la media de mi vida cuando me doy cuenta de cómo ese dolor se nota más.
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Justo ahora que me apetece escapar de todo sentimentalismo barato es que recuerdo como fue la infancia. Y me voy dando cuenta de que entre más quiero sacar un sentimiento vago de mi ser, más sufro por lo que tuve y nunca más tendré.
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Quisiera ser igual de efímera que las demás personas que andan flotando a mí alrededor, personas que se encontraron en una niñez plena y donde no tienen que andar arrastrando fantasmas a estas alturas de la vida.
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Pero ya no se puede, no es tan fácil modificar toda una vida de idas y venidas emocionales. Nunca es tan sencillo. Sobre todo cuando llegas al grado en el que encuentras cierto placer a estarte flagelando mentalmente. Hasta llegas a fantasear con la idea suicida. Pero ni siquiera eso te parece lo suficientemente motivador.
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Como las cosas van tomando importancia.
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Se van acentuando
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Más vale aprender a seguir restándole importancia a las cosas, a las personas, al público en general. A fin de cuentas, no dejan nada, no funciona, no es redituable.
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Dejémonos de babosadas!
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Que si vas perdiendo importancia, es porque en realidad ni siquiera la tenias!
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4 comentarios:

Monchis dijo...

arruinando la imaginacion y senimiento de la entrada.. en mi caso hasta lo FEO se acentua!!!jaja.. un gusto estar de vuelta por qui diabla!! te espero!!

Bernie Laplant dijo...

que bien que regresaste a escribir de este lado. y si, como que a veces lo malo permanece de forma más permanente, mas acentuado...

Saludos.

Fernanda Paredes dijo...

Todo se acentua! Me encantaría que restandole importancia a las cosas nunca hubiesen importado jaja <3

Saludos
Un beso

la MaLquEridA dijo...

Nada importa, nada. Si desapareces te lloran unos días y después todo habrá sido olvidado y a nadie le importó nada.