jueves, 4 de febrero de 2010

Se lo adverti

..

Tercera llamada.... Comenzamos...
.

..
.

..

Y lo ves allí, como viéndote, como esperándote, como amenazándote
.
No se ha conformado con que termines con sus compañeros, no, te quiere a ti teniéndolo a él. Y eso es como un susurro en tus oídos, como un pinche sancudo a media noche. Algo que te dice “tómame”, “hazme tuyo”, y por más que te resistes, tienes que ceder ante el impulso, te abalanzas contra él y lo descuartizas, lo deshaces en tu paladar, le robas la vida, el color y la forma, toda su esencia. No te importa siquiera que hayas acabado antes con otros tres iguales a él
.
No es solo un trozo más, no es solo una pieza extra, más bien es ese pedazo de pan con queso y mozarela que no te dejara dormir a sabiendas de que descansa plácidamente en el refrigerador, es ese granito de pan que se queda al final en la bolsa de estraza; es ese deseo de sentir esa saciedad en la boca, en el estomago, en tu ser. Es un mundo momentáneo por así decirlo
.
Díganme, ¿cómo puedes dejar un plato de mole a medias?, ¿cómo le haces el “fuchi” a ese coctel de camarones gigantes?, eso es casi una frenta divina
.
Lo confieso, al principio me avergonzaba un poco, me cohibía que mientras él hablaba de lo buena que estaría la película, yo hurgaba en mi bolsa pensando en que toper abrir primero, ¿el que tenia jícama?, ¿el que tenia galletas?, O mejor ¿el que tenia nuggets de pollo? Difícil decisión, demasiado difícil de tomar cuando acabas de zumbarte unas tricki trakes, pero a fin de cuentas iba a terminar con esos tres topers antes de que llegáramos siquiera al lobby del cine
.
Y aun hoy recuerdo con amor a la perfección la vez en que él me invito a un buffet, fue lo mejor que me pudo haber pasado, ¡qué mejor regalo de aniversario que ese! ¡Valla que me conocía! Tantos aromas que saborear, tantas esencias que llenaban el lugar entero, los colores de la comida me seducían enormemente, ese vaivén de platillos sin terminar; sin embargo tantas idas y venidas a la barra me terminaron cansando al cabo de dos horas, así que mejor decidí que nos cambiáramos estratégicamente a la mesita junto a la barra, así era realmente más sencillo escoger de todo y llegar antes que nadie a la charola de los camarones empanizados. Creo que él se molesto cuando ya teníamos 5 horas y no me detenía, pero realmente solo fue una ligera sospecha. A fin de cuentas él fue el de la idea de ir a un lugar de ese tipo, yo solamente se lo sugería cada tercer día, pero el que tomo la decisión final fue él. Claro que después de salir del lugar le pedí que nos diéramos una vuelta por un café para cenar un pastel light, ya saben, hay que conservar la línea
.
Lo malo de todo esto es que mis variaciones no solo acaparaban mis platillos preferidos, se puso realmente feo cuando quise tomar vino, quise ser fina e intoxicarme con esos sabores dulzones líquidos. ¿Qué tan malo podía ser que una botella de mi gusto costara arriba de 200 pesos, y que mi amante en turno me tuviera que comprar 4 o 5 botellas por semana? Esas esencias propias del Dios Dionisio me hacían flotar, me hacían degustar más firmemente esos platillos que elaboraban con tanto esmero
.
Pero eso de andar revolviendo comidas y bebidas no daba mucho espacio a un disfrute pleno, más bien tenía que irlo haciendo por separado, una semana me dedicaba a gustos más sólidos y otra semana a gustos líquidos. Digo, para todo hay que tener un orden, un método, un mecanismo valla. Eso ayudo en cierto modo a que no me atosigaran tanto en la oficina, alguna vez me atrapo mi jefe metiendo unos pingüinos a la sala de junta, y me regaño diciendo que no debía llevar eso, y si lo hacía pues que llevara para todos, chale, ni que costaran 2 pesos. Así que le baje un poco a mis excesos y solo saboreaba el dulce relleno de esos pastelitos cuando iba al baño o cuando nadie me observaba
.
Cuando nadie me observaba… y es que… ¿Cómo no ver lo que hago como algo nefasto si todas se morían de la envidia por mis gustos tan definidos?, algunas compañeras ya ni querían almorzar conmigo que por que “les picaba sus comidas”, pero era en buen plan, siempre con el afán de darles “el gusto bueno”, como eran de amargadas que ni siquiera me querían compartir un trocito, un pedacito pequeño de las delicias que llevaban de su casa… pfff esas no son amigas.
No, no lo son y por ende, no me entendían
.
Al igual que tampoco me termino entendiendo él, que bien gracias, a la semana de haberme llevado a festejar nuestro aniversario en ese magnífico buffet se termino todo, esos fueron cuatro meses juntos de dicha, felicidad, y lindas salidas a desayunar, a merendar, a almorzar, a comer, a cenar y a tomar postres; ¡Eso es un noviazgo no chingaderas!, de hecho el noviazgo más largo que había tenido. Pero no me entendió. No comprendió cuando le dije “No toques eso”, cuando le dije “Aléjate de mi toper”, hombre a fin de cuentas, desatinado siempre. Resulto igual que los otros dos tipos con los que había estado, esas mañas son difíciles de entender en los hombres, les dices que no hagan algo y en chinga van y lo hacen
Y él, muy a pesar de mis advertencias, lo hizo, abrió mi toper donde guardaba la Cochinita Pibil que me había hecho nana Chona esa mañana. Ese suculento platillo hecho con amor y dedicación, casi que diseñado especialmente para mí, estaba siendo invadido por una cuchara ajena a la mía. No conforme con eso, él empezó a comerlo, a revolver la comida, y a hacerla pasar por su garganta con esa pinche jeta de satisfacción casi orgásmica
No lo soporte
.
¿¡Como puedes soportar ver a la comida que amas con otra persona!?
.
Eso tenía que parar
.
Me enfile a mi habitación, me acerque a la cómoda, y saque del primer cajón ya por tercera vez ese lindo revolver calibre 22 que me heredo mi padre (también amante de la Cochinita Pibil), me dirigí de regreso al comedor, me acerque a ese hombre por la espalda y antes de dispararle a la nuca le dije… ”Comete esto cabrón”
.
Así de simple es como te desases del intruso. Así de sencillo es como regresas a la tranquilidad de tus días, y así de fácil es como pude tener de vuelta mi toper con esa rica Cochinita Pibil
.
Habiendo tanta gente muriendo de hambre en el mundo para que yo me ponga a desperdiciar la comida en alguien más. Ni loca.
.
Ahora solamente espero que este nuevo tipo con el que estoy saliendo entienda las reglas del juego. Y espero no tener que pasar varios días teniendo que sugerirle que me lleve al bufet que acaban de abrir. Hombre a fin de cuentas
.
.
.
.
.
.
Gula
.
.

13 comentarios:

may dijo...

jajajajaja
JAJAJA
me encantoo amigaa
jajaja
lo bueno q el tomo la decisioon de ir al bufet xD
jajaja
y la cochinita pibil de nana chonaa
a de estar "pa' chuparse los dedos"
jjaja


excelenteeee escritoo
espero el siguienteee
:D

Boleyn dijo...

Jajajaja sí que conservaba la línea xD

Muy bueno Diabla, ya quiero leer los demás!!! =)

maldito desgraciado dijo...

OOORALE.... HAY COSAS CON LAS QUE UNO NO SE DEBE DE METER, LA COMIDA ES UNA DE ELLAS... Y CLARO, LA COCHINITA PIBIL DE LA NANA CHONA, NO ES LA ETSEPCION JAJA
FUCK! SE LES PONIA TITULO JAJAJA :S
QUE MI RELATO SE LLAME: HOY NO ME PUEDO LEVANTAR, COMO LA CANCIÓN :)
ME LARGO QUE HOY MADRUGO :S
SALUDOS!
PAZ.

Paco Merlo Ansin dijo...

Hola! Si has perdido tu paraguas quizás lo encuentres en mi blog. Si coges otro no pasará nada, si no lo necesitas o no te gusta ninguno puedes llevarte de recuerdo alguna de mis fotos para tu blog o para lo que quieras, me sentiré muy halagado.
Ansin soy yo!

Fanny Castillo dijo...

Bueno que puedo decir...
espera, esque estoy comiendo albondigas... jajajaja
me gusto tu final, pobre de aquel hombre que se cruce con ella... igual y hasta se vuelve canibal recuerda que "El hombre come hombre" jejeje...

Saludos

Anónimo dijo...

hahaha eso! q aprendan a no meterse con las cosas de uno... Y MENOS SI ES COMIDA.


:) nais nais.. esperando por el otro wiiiiii!


no me has contestado como t deshaces de alguien... jojojojo

Apolline dijo...

jeje a mi también me gusto el final :)

te quedo muy bueno

Anónimo dijo...

los extraterrestres me vigilan...


:S

Unknown dijo...

Pues ahora que lo mencionas, no solo la cochinita pibil, sino, las tortas, el pan de dulce, los caldos de pollo, el mole de olla, las enchiladas, los tamales, jajaja, demasiados platillos como para que los dejes solos, necesitas terminar con ellos, solo te das cuenta como la panza te crece, se hace mas grande, dando paso a tanta cantidad de comida... Adelante con el que sigue.

Escribes muy bien.

ѕocιaѕ dijo...

Es que hay cosas en las que no se deben meter! y mas cuando uno les dice que no, la comida es sagrada
Cuando como desconozco xD
Muy bueno pero me dio hambre!

Unknown dijo...

Mwe gustó el cuento y me musto mucho mas como describias las comidad, y hasta hambre me dio, pero, para ser precavido me haré mi comida y no me meteré JAMAS con la cochinita pibil de la nana chona y menos de la Calibre .22

Saludos.

la MaLquEridA dijo...

¿Matar por satisfacer la gula?, está canijo.


Buen cuento.


Saludos.

Reina del del drama dijo...

Huyy me dio hambrita... muy bueno saludos a la escritora... muy norteña i love it